Que las nuevas tecnologías se van haciendo un sitio en el sector inmobiliario no es ningún secreto. Tras la explosión de la burbuja y años de “travesía del desierto”, la actividad se ha puesto las pilas mirando por el bien del cliente y focalizando su día a día en el mejor servicio posible; el más directo y efectivo, y este pasa, en muchos casos por la aplicación y utilización de recursos tecnológicos y cambios de modelos de negocio.
Ejemplos de esta transformación en un sector tradicionalmente conservador son la proliferación de las empresas “proptech” que aplican la tecnología a su día a día y se especializan en diferentes ciclos del sector, o modelos “low cost” que cubren una necesidad concreta de los clientes y no requieren de un asesoramiento presencial completo.
Pero hay tres tecnologías que sobresalen sobre las demás y comienzan a ser parte del día a día de la actividad inmobiliaria. Esas son:
- Realidad virtual: es uno de loa grandes avances del sector. Poder visitar viviendas sin necesidad de desplazarse es una comodidad grandísima y un gran ahorro de tiempo, tanto para la empresa como para el cliente.
- Redes sociales y geolocalización: Personalizar la publicidad teniendo como base la geolocalización es un avance enorme, y de él se está beneficiando el sector inmobiliario.
- El “Big Data”. Contar con una base de datos sobre usuarios y preferencias de clientes en cuanto a qué tipo de viviendas u oficinas pueden ser las que más se les adecuen ayuda mucho en los procesos de trabajo.
Sin duda, en un futuro no muy lejano, estas y otras tecnologías estarán a la orden del día en cualquier firma inmobiliaria. Solo queda mirar hacia adelante y amoldarnos al progreso para poder dar el mejor servicio posible a nuestros clientes.